Jesús tenía alrededor de 30 años cuando se bautizó
La religión cristiana y el bautismo de Jesús
La religión cristiana es una de las más seguidas en el mundo, con millones de fieles que siguen las enseñanzas de Jesucristo. El bautismo de Jesús es un momento crucial en la vida del hijo de Dios, ya que marca el inicio de su ministerio terrenal.
En la Biblia, en el libro de Lucas, capítulo 3, versículo 21 y 22, se relata el momento en el que Jesús fue bautizado: «Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia».
Este pasaje bíblico nos muestra la importancia del bautismo en la vida de Jesús, ya que marca el comienzo de su ministerio público. A partir de este momento, Jesús comenzó a predicar el mensaje del Reino de Dios y a realizar milagros que demostraban su poder divino.
El bautismo de Jesús también se menciona en el libro de Mateo, capítulo 3, versículo 13 al 17: «Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Pero Juan se lo impedía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le permitió».
Este pasaje nos muestra la humildad de Jesús al someterse al bautismo de Juan el Bautista, a pesar de que Juan inicialmente se negaba a hacerlo. Jesús entendía la importancia de cumplir con la voluntad de Dios y de dar ejemplo a sus seguidores.
El bautismo de Jesús también simboliza la purificación y la renovación espiritual. En el libro de Romanos, capítulo 6, versículo 4, se menciona: «Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva».
Este pasaje nos enseña que el bautismo es un acto de fe en el que renunciamos a nuestra vida pasada y nos comprometemos a vivir de acuerdo a los preceptos de Dios. Es un momento de transformación espiritual en el que dejamos atrás nuestro viejo yo y comenzamos una nueva vida en Cristo.
En la religión cristiana, el bautismo es un sacramento importante que simboliza la entrada en la comunidad de los creyentes y la adopción como hijos de Dios. En el libro de Gálatas, capítulo 3, versículo 26 y 27, se menciona: «Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos».
Es un momento de gracia en el que recibimos el perdón de nuestros pecados y nos unimos a la familia de Dios. A través del bautismo, nos convertimos en testigos de la fe en Jesucristo y nos comprometemos a seguir su ejemplo en nuestra vida diaria.
En resumen, el bautismo de Jesús marca un momento crucial en su vida terrenal y simboliza la purificación, la renovación espiritual y la adopción como hijos de Dios. Es un acto de fe en el que dejamos atrás nuestro viejo yo y nos comprometemos a vivir de acuerdo a los preceptos de Dios. A través del bautismo, entramos en la comunidad de los creyentes y nos convertimos en testigos de la fe en Jesucristo. ¡Que la gracia de Dios nos acompañe en nuestro camino de fe!
