Síntomas del Despertar (1ª parte)

Recuperamos para la web lo que un día fueron vídeos fetiche del canal de Youtube, titulados tal cual como síntomas del despertar, en los que creo de seguro que muchos de vosotros os veréis reflejados. En ellos intentaré describir la serie de procesos paulatinos, que acabarán llevando a una persona a activar su conexión con su conciencia superior. El objetivo al igual que muchos otros vídeos del canal Caminando el Sendero, es además de divulgar y dar herramientas para sobrellevar y desconectarnos de ésta maldita Matrix, también el que sepáis que no estáis solos en esto.

Vamos a empezar hoy por analizar y reflexionar sobre éstas primeras etapas del despertar, lo haré muchas veces en primera persona, pues no encuentro mejor manera de explicarlo, así que comenzamos.

Uno de los primeros síntomas inequívocos, que todos los que nos consideramos medianamente despiertos hemos experimentado en nuestros comienzos, es la desasosegante sensación de que algo no va bien, de que algo no encaja. Muchos de nosotros ya lo hemos experimentado desde nuestra infancia o adolescencia, ese palpito inequívoco de que nosotros no encajamos en este mundo, que la realidad que vivimos no tiene sentido, y que hay algo tóxico y malévolo que lo envuelve todo. Detestas ser igual a los demás, detestas la superficialidad y valoras en gran medida lo auténtico y genuino, cuestionas los dogmas y las costumbres comúnmente aceptadas, o que decir de la escala de valores de nuestra sociedad, la cual aborreces sobremanera.  Experimentas además desde muy joven, un gran respeto y amor por nuestros hermanos menores los animales y toda la naturaleza, además de un notorio interés por los temas paranormales, mágicos o ufológicos. La explicación a ello ni te la planteas en ese momento pues eres demasiado joven, pero no es más ni menos que tú ser interno, seguramente una de tantas semillas estelares reencarnadas aquí en este planeta, es anhelante y en el fondo conocedor, que esta que vivimos es sólo una falsa realidad, un mundo ilusorio de sombras como ya describiera acertadamente Platón, hace más de dosmíl años atrás.

Pero llega un momento en que cada uno de nosotros, algunos antes y otros tiempo después, en que experimentamos uno o varios eventos críticos que nos hacen despertarnos de la Matrix, de sublevación interna e irreversible ante el sistema de control de la misma. Estos eventos pueden ser desde deliciosas epifanías, a llamativas sincronicidades o a sucesos más traumáticos como el de por ejemplo un servidor. Y es que hay personas que han tenido una experiencia mística, contemplando simplemente la naturaleza o un bello amanecer, de forma que a su vuelta a su quehacer diario, se dan cuenta que perciben la realidad de un modo totalmente distinto. Particularmente un servidor, ya lo he contado en más de una ocasión, siempre dijo que desperté de la Matrix a base de tortas.

Es que cuando uno es un mocoso de diez u once años, y de repente eres acosado noche y día por entidades oscuras, en ese momento todos los paradigmas de la supuesta realidad que te habían enseñado, saltan literalmente por los aires. La verdad que estoy aquí vivo y medianamente cuerdo de puro milagro, pero hasta de lo malo algo siempre se aprende.

Esa experiencia fue la espoleta para comenzar a investigar, leer y formarme en temas digamos más metafísicos, intentaba buscar respuestas, el jovencito Bertus intentaba buscar a Dios. No lo encontraba en el Antiguo Testamento, pues lo que allí me encontraba era al regente oscuro de la Matrixtrix, al colérico demiurgo ávido de sangre, devoción y poder. Sin embargo había pasajes del Nuevo Testamento, donde el maestro Jesús si tocaba la fibra, aunque la intuición me susurraba al oído que aquel mensaje estaba unas veces mellado, y en otras manipulado, y es que algunas cuestiones no terminaban de cuadrar como el de la propia crucifixión.

Algo chirriaba estruendosamente en mi interior, acerca de esa supuesta necesidad de que Dios Padre, en redención de toda nuestra innumerable colección de miserables pecadillos, enviase a su hijo a morir en tan atroz y sanguinaria forma. Todo aquello me parecía un sin sentido total, algo abyecto y de lo más depravado, no encerraba enseñanza positiva alguna todo aquel supuesto final del maestro; la duda se instaló en mi y anduvo conmigo muchos años.

Bastante tiempo después comprendí en mis largas meditaciones, que todo aquello fue la mayor de las mentiras jamás contadas, todo para mantenernos en un sistema de creencias basado en nuestra minusvaloración y culpa, en la necesidad enfermiza del sacrificio sangriento, y lo fantástico de todo es que la respuesta vino de mis mismísimos adentros, aceptándola con toda naturalidad y haciéndola mía. Pasados bastantes años después, me tropecé investigando con un puñadito de indicios en el mismo sentido, que reforzaron ese pálpito de este caminante cabra loca, medio trastornado pero feliz al fin y al cabo con su verdad.

En este punto, y ya que os estoy resumiendo a grandes rasgos a como llegué a mi propio proceso de despertar personal, os voy a contar una anécdota bien curiosa al respecto de lo anterior. En una ocasión tuve la oportunidad de hacerle directamente una pregunta, a un veterano canalizador con muchos libros a sus espaldas, y tipo interesante al que respeto y de indudable sabiduría. Pero si hay una capacidad innata del Bertus, fijaros por ejemplo la que se lía en el canal cuando hablo de política, es la de tocar soberanamente las pelotas a cualquiera con una simple frase o pregunta. Así que aquella ocasión era la idónea, para hacer a alguien tan sabio y veterano la pregunta del millón, de si el creía que Jesús de Nazaret había sido o no crucificado.

Al momento la cara se le mudó al paisano, y en un primer pronto dijo que no iba a contestar a la pregunta. No obstante acto seguido dudó y desdiciéndose, afirmó que si lo haría, aunque el hombre seguía sin decidirse para al final decir que si, que efectivamente Jesús había sido crucificado.

Aquel tenso momento que hice pasar a ese buen hombre, no diré su nombre por decoro y sincero respeto, creo que fue una auténtica lección para ambos. Para este veterano canalizador, mi pregunta urgó en sus más profundas dudas, y ahí comprendí como este caballero, aunque en sus charlas diera por sentado ciertas cosas y a pesar de su bagaje, arrastraba de fondo todavía muchos interrogantes. Y para un servidor solo por pura empatía, aquello significó una directriz vital de humildad,  pues como rezan algunos viejos dichos orientales, todos los días siempre se acaba por aprender algo, y que además un buen maestro, ha de estar siempre dispuesto a aprender de su alumno.

Pero ahondando en mi caso personal, mis experiencias con lo energético y paranormal a tan corta edad, junto con mis avidas lecturas de los textos sagrados, así como de otros más modernos y heterodoxos, sumado a mis andanzas diarias por la Matrix, fue provocando paulatinamente mi desconexión de la misma.

Sin embargo siempre hay un punto culminante, un verdadero detonante donde todo se precipita, y tú percepción de la realidad cambia de manera radical e irreversible. En mi caso particular, después de muchos meses inmerso en diferentes lecturas nocturnas que alternaba con otras de profunda meditación, provocaron que durante muchas noches perdiera totalmente la noción del tiempo. Bertus podía ponerse a meditar prestando toda su atención en la cadencia respiratoria, para cuando se daba cuenta, bien podían ser las tres o las cuatro de la mañana. Pero durante varias semanas en particular, me dediqué por completo a la lectura de varios textos gnósticos, los cuales redundan siempre en la idea de un mundo falso con su falsa realidad, regido por el demiurgo, el dios embustero. Yo no me considero gnóstico tal cual, pero siempre reconoceré que dentro de las religiones que han llegado a existir, la que más cerca ha estado de la verdad revelada por el maestro Jesús, ha sido sin duda la gnóstica.

Y esas semanas de intensísima meditación y lectura, supuso para mí el detonante final para la última y madre de todas las desconexiones, que es cuando percibes el teatro de la Matrix ya desde fuera.

He leído como otras personas han descrito experiencias parecidas en su etapa de despertar, el del momento cuando su crecimiento personal es ya suficiente, como para percibir la Matrix. No es tan espectacular como cuando Neo en la película Matrix, comienza a ver numeritos verdes por todos lados ni mucho menos, pero no deja de ser brutal cuando lo experimentas por primera vez.

La mejor forma de explicarlo sería como una buena mañana te levantas, y sientes que estás insertado en una realidad teatro regida por un sistema de control, pero en la que tú ahora posees conciencia propia y desconectada de dicho sistema, tal cual fueras una especie de virus informático. Se agudiza entonces tu intuición en varios grados, y comienzas a tener nuevas percepciones de lo más extrañas. Vas andando por la calle, y la gente te parecen marionetas que pululan a las órdenes de algo maquiavélico que lo maneja todo, ves a la gente entrar como borregos en las iglesias, y percibes que van allí solo para ser drenados energéticamente por los regentes del sistema de control, o por ejemplo, reconoces al momento a los llamados portales orgánicos.

Yo por aquel entonces era un total desconocedor de dicho concepto, el de que existe una parte importante de la población mundial, están en todos lados, que son autómatas biológicos parasitados en grado sumo por el sistema, y que generan niveles de caos y mala vibración, acordés al grado de parasitaje que experimenten dichas personas. Pero también pasé a reconocer al momento, a otra clase más inquietante de esta tropa, que son los portales orgánicos carentes de alma alguna, autómatas biológicos ya en grado sumo al servicio de la Matrix. Yo en aquel momento los llamaba simplemente cachos de carne con ojos, pues percibía que dentro de ellos no había absolutamente nada, sujetos de marcados rasgos psicopáticos. Los describía perfectamente una suscriptora cuando hablaba de sus ojos, y en efecto los delatan. Esa mirada fría cual trozo de metal, carente de sentimiento alguno, una mirada negra y perdida, pura y dura oscuridad.

Este nuevo nivel de conciencia de lo que te rodea, te ayuda sin embargo a tomarte la vida de otra manera,  te convierte en un cínico de la Matrix, en la que ella te detecta e intentará fastidiarte como virus que eres, y tu vas generando herramientas para salirte por la tangente y burlarte de ella.

Por tanto comienzas a percibir la intrincada estructura de la falsa realidad, muchas de sus trampas y engaños, y ese estado de desconexión es irreversible, ya no hay manera de la vuelta atrás, bienvenido pues a la Matrix.

2 comentarios en “Síntomas del Despertar (1ª parte)

  • el 15 abril 2020 a las 13:53
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    Hola Bertus!
    Falta decir que los que han despertado, como nosotros, desconfiamos de las noticias por natureza, sabiemos las mensajes contenidas en los Filmes, séries e etc. y empienzamos a cambiar un poco nuestro estilo de vida.
    Muchas grácias.
    Un abrazo.
    Bendiciones a todos los Bertusianos.

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  • el 10 mayo 2020 a las 05:20
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    Bertus, no sabes cómo me ha traído una paz increíble leerte en este artículo.
    Siempre crecí con la percepción de que algo estaba mal en el mundo, que las cosas no estaban bien y sentía tristeza de que los que me rodeaban no lo percibía así.
    Te agradezco, tus videos me han ayudado muchísimo a entender muchas cosas.
    Por cierto, sentí una vibra muy especial, cierta sensación en mi corazón de felicidad en el vídeo que subiste hace unas semanas en el que hablas de que nuestra línea de tiempo podría acabar el 24 de Diciembre del 2026, es un sentimiento, una intuición. Algo grande va a ocurrir.
    Gracias y un saludo desde México

    Respuesta

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