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La importancia del Diezmo y la Ofrenda en la fe cristiana

La importancia del Diezmo y la Ofrenda en la fe cristiana

La Biblia nos enseña en Malaquías 3:10 que debemos traer el diezmo al alfolí, para que haya alimento en la casa de Dios. Esto significa que debemos entregar una décima parte de nuestros ingresos como una forma de adoración y agradecimiento a nuestro Señor. El diezmo es una práctica que ha sido establecida por Dios desde tiempos antiguos y que sigue teniendo una gran relevancia en la fe cristiana.

Diezmo en la Biblia

En Levítico 27:30 encontramos que el diezmo pertenece al Señor y es santa para Él. Este mandamiento se mantiene a lo largo de toda la Biblia, incluyendo en el Nuevo Testamento donde Jesús mismo lo menciona en Mateo 23:23, diciendo que es importante practicar el diezmo sin descuidar los demás aspectos de la ley.

La práctica del diezmo no solo es una forma de obedecer a Dios, sino también una manera de demostrar nuestra confianza en Él como nuestro proveedor. En Deuteronomio 14:22-23 se nos instruye a traer el diezmo al lugar que el Señor haya escogido, para que podamos aprender a temerle siempre.

Ofrenda en la Biblia

Además del diezmo, la Biblia también nos enseña la importancia de dar ofrendas. En 2 Corintios 9:7 leemos que Dios ama al dador alegre, es decir, a aquel que da con generosidad y amor en su corazón. Las ofrendas son una muestra de nuestro agradecimiento a Dios por todo lo que Él ha hecho por nosotros y una forma de sembrar en su reino.

En el Antiguo Testamento, vemos cómo Abraham dio una ofrenda al sacerdote Melquisedec en agradecimiento a Dios después de una victoria en batalla. Este acto de fe y gratitud fue recompensado por Dios, quien bendijo abundantemente a Abraham. Del mismo modo, nuestras ofrendas son una manera de sembrar en el reino de Dios y esperar su provisión en nuestras vidas.

Beneficios del Diezmo y la Ofrenda

En Proverbios 3:9-10 se nos promete que si honramos al Señor con nuestras primicias y con los primeros frutos de nuestra cosecha, Él bendecirá nuestros graneros y nuestros depósitos se llenarán de abundancia. Esto nos muestra que el diezmo y las ofrendas no solo son un acto de fe y obediencia, sino también una fuente de provisión divina en nuestras vidas.

Cuando damos con generosidad y amor en nuestro corazón, estamos sembrando en el reino de Dios y abriendo las puertas para que Él derrame bendiciones sobre nosotros. En Lucas 6:38 Jesús nos enseña que si damos, se nos dará; si damos con generosidad, se nos devolverá con creces. Esto nos muestra que el acto de dar no solo beneficia a quienes reciben, sino también a quienes dan.

El propósito del Diezmo y la Ofrenda

El diezmo y las ofrendas no solo son una forma de adoración y agradecimiento a Dios, sino también una manera de financiar la obra de su reino en la tierra. En Malaquías 3:10 el Señor nos invita a traer el diezmo al alfolí, para que haya alimento en su casa. Esto significa que el diezmo es utilizado para suplir las necesidades de la iglesia y para llevar a cabo la predicación del evangelio.

Cuando damos nuestro diezmo y nuestras ofrendas, estamos contribuyendo al crecimiento de la iglesia y al cumplimiento de la Gran Comisión de Jesús de ir y hacer discípulos de todas las naciones. Nuestra generosidad y fidelidad en el dar son una muestra de nuestro compromiso con el reino de Dios y una forma de participar activamente en su obra en la tierra.

Conclusión

El diezmo y las ofrendas son parte fundamental de la fe cristiana y una manera de demostrar nuestra gratitud y confianza en Dios como nuestro proveedor. Al practicar el diezmo y dar ofrendas con generosidad y amor en nuestro corazón, estamos sembrando en el reino de Dios y abriendo las puertas para que Él derrame sus bendiciones sobre nuestras vidas.

Recordemos que el diezmo y las ofrendas no solo son una forma de obedecer a Dios, sino también una manera de participar en su obra en la tierra y financiar la predicación del evangelio. Sigamos dando con generosidad y fidelidad, confiando en que Dios recompensará nuestra fe y nuestra obediencia con abundantes bendiciones en todas las áreas de nuestra vida. ¡Demos con alegría y generosidad, sabiendo que nuestro Dios es un Dios que ama al dador alegre!

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